lunes, 20 de junio de 2011

sin título


Sin titulo

De rodillas frente a esa imagen genuina, hermosura extraña, oculta entre penumbras de su propia naturaleza, guardianes mudos, siempre fieles, algunos mueren, otros nacen, siempre tratan de ser la misma cantidad, es un ejercito muy organizado.
            Algunos prefieren dejar libre el espacio para la adoración.
            Cerré mis ojos para acercarme pesadamente, guiándome como un ciego, olfato, oído y por supuesto, el tacto.
            La imagen era esplendida, indescriptible.
Dos paredes como tu propia imaginación, en el centro, hasta arriba, puedes imaginar que está el Sol o la imagen del poder supremo, es la punta de la pirámide, lo que da el poder, es como los hilos que dan vida a un títere.

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