viernes, 22 de julio de 2011

El saludo


El saludo

Llegue a casa y antes de que pudiera decirme cosa alguna, la planté sendo puñetazo en sus labios. Su cabeza se fue haca atrás, casi la tumbé, pero para fortuna suya, estaba bien parada, quizá intuía que le daría ese saludo de madrugada.
                Venía de una reunión literaria. Por supuesto que estaba muy tomado, habíamos estado leyendo y admirando la poesía de bukowski, él fue el autor en turno, la vez pasada había hablado de Lázaro Covadlo, mi ídolo.
                Me descalcé y me tire en el sofá, ahí dormiría, ya no me interesaba mi cama, hacía tiempo que ya no dormíamos juntos.

-20 de Noviembre de 2010-

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